La perseverancia del Santo

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Creo en la perseverancia de los santos, sin embargo la fe reformada tradicional perdió de vista que la figura central de nuestro evangelio es Cristo, no el hombre. La seguridad del cristiano no se encuentra en su perseverancia, sino en la perseverancia del Santo, a saber, Cristo. Comencemos definiendo qué significa perseverar. Charles Hodge, muy bien expone lo que es la distintiva de la definición tradicional de la doctrina:

Elección, el llamado, la justificación y la salvación están indisolublemente unidas y, por lo tanto, el que tiene pruebas claras de su llamado tiene las mismas pruebas de su elección y la salvación final … La única prueba de la elección es el llamamiento eficaz, es decir, la producción de la santidad. Y la única prueba de la autenticidad de este llamado y la certeza de nuestra perseverancia, es la paciencia insistente en hacer lo bueno.

En otras palabras, la única prueba real de la elección es la perseverancia, y nuestra única garantía de la seguridad de perseverar es-¡perseverando! Así que por ese motivo no hay ninguna garantía en absoluto! Como John Murray lo puso, “La perseverancia de los santos nos recuerda con mucha fuerza que sólo aquellos que perseveran hasta el final son realmente santos”.

Como se puede ver la doctrina de la perseverancia sostiene que una vida de santidad y buenas obras es la evidencia de que fuimos elegidos. ¿Cómo sabe el cristiano que su santidad o buenas obras son aceptables? ¿Cómo puede estar seguro si su santidad alcanza lo que Dios espera de él? Estas  y tantas otras preguntas provoca la manera tradicional de enseñar la doctrina. Cristo no es la figura central de la doctrina sino el hombre. La perseverancia de los santos en lugar de llamar la atención hacia la victoria que Cristo obtuvo por nosotros lanza al creyente a poner su atención en sus buenas obras en evidencia de su aceptación. ¿No es esto otra forma de arminianismo? Habiendo comenzado por la fe ahora terminamos por las obras.

La doctrina de la perseverancia de los santos está correcta en cuanto a la necesidad de perseverar en una vida de rectitud. Pero se equivoca cuando sostiene que la seguridad de la elección del creyente descansa en su perseverancia.

La perseverancia según la Biblia: “Dichoso el que hace justicia en todo tiempo”, “maldito el que no permaneciese en todas las cosas en el libro de la ley para hacerlas”, “Mas si el justo se apartare de su justicia y cometiere maldad,…. Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta; por su rebelión con que prevaricó, y por el pecado que cometió, por ello morirá”.  De acuerdo a lo que la Biblia plantea como perseverancia, todos nosotros hemos fracasado en hacerlo.

La buena noticia del evangelio es que Cristo perseveró y llegó hasta el final de la meta. La perseverancia de los santos es una bendición del evangelio, y por su misma naturaleza es vicaria. Esto significa que Cristo perseveró en lugar y en nombre nuestro. El fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz (Fil 2:8). Así como en la muerte de Cristo yo estaba muriendo, en su resurrección yo estaba volviendo a la vida, de igual manera en la perseverancia de Cristo yo estaba perseverando y en él alcancé cumplir, desde que nací hasta mi muerte, todo lo que se demandaba de mí.

Hodge se atreve a reconocer lo que otros no: “nuestra única garantía de la seguridad de perseverar es-perseverando! Así que por ese motivo no hay ninguna garantía en absoluto”.  Sostiene que los que creen en la perseverancia de los santos de manera tradicional no pueden tener ninguna seguridad de su elección. Y esto es claro ya que para saberlo necesitan llegar al final de sus vidas y ver si su santidad es lo que Dios espera de ellos.

¿Cómo estoy seguro de mi elección? El Espíritu viene a mi vida en la palabra del evangelio y me comunica que he permanecido en todo cuanto la ley demandaba de mí. La palabra del evangelio desvía los ojos del creyente para colocarlos en Cristo. Nuestra elección depende enteramente de la perseverancia de Cristo. En lugar de llamarla la perseverancia de los “santos” debería llamarse la perseverancia del Santo: Cristo. Nuestra seguridad no se encuentra en nuestra santidad, sino en la perfección moral del Hijo de Dios, al igual que en la virtud de sus perfectas obras. ¡Amén!

5 thoughts on “La perseverancia del Santo”

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  2. Dios lo siga usango y guiando como hasta ahora. Esta es una presentacion Escritural que refleja lo que creemos, los que no somos Arminianistas ni calvinistas, sino procuramos que la Biblia y no hombres, nos guie.
    Dios derrame sus mas ricas bendiciones desde lo alto.
    Daniel

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