LasObrasllegaronTarde

Lo sentimos, las obras llegaron muy tarde

LasObrasllegaronTardeEn el principio creó Dios… las obras que crean y preservan al mundo, pertenece a Dios. Él solo puede gloriarse de haberlo traído a la existencia. El relato de génesis habla de dos obras, las obras de Dios y las obras del hombre. Génesis 1 explica que el trabajo o las obras de Cristo hicieron posible la existencia del mundo, y lo dio como regalo al hombre. Cristo descansó del trabajo que realizó. Cuando el hombre viene a la existencia ya todo estaba acabado. El hombre comienza su vida disfrutando lo que Cristo hizo.

En el capítulo dos de Génesis Moisés hace claro que el trabajo del hombre no sostiene la creación. “Jehová Dios hizo la tierra y los cielos,  y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra (Génesis 2:4-6). Puedes ver cuan claro Moisés explica que el trabajo del hombre nada aporta a la existencia de la creación. Antes de que él la labrara (sus obras), ya la tierra abundaba en plantas y frutos.

Las obras de Adán son un don para que disfrute de las obras de su Cristo. Para que recordara que Cristo lo había creado. ¿Podía Adán gloriarse de haber ayudado a Cristo en la formación del mundo por el hecho de que le dio un trabajo para realizar? ¿Puede decir que sus obras hicieron posible la creación? ¿Puede asegurar que sus obras de fe, su trabajo de amor mantiene la creación o la preserva? Sería una necedad pensar que la vida y existencia de la creación se debía al trabajo de Adán o que él de alguna manera mantenía lo creado.

De esto aprendemos una gran verdad en torno a la salvación. Al igual que la creación la salvación acontece antes de que el hombre produzca algún trabajo, alguna obra. Ya Cristo había sido asignado como Redentor del hombre desde antes de la creación del mundo.

El testimonio bíblico es que Dios nos salvó por gracia, por medio de la fe. Cuando la fe aparece la salvación ya existía. Ella es producto de las obras de Cristo. Desde el momento en que se encarna hasta el momento en que muere, él presta obediencia a todo requerimiento divino. Los resultados de su obra y la manera en que el Padre la aceptó es lo que se llama salvación. Desde su resurrección el mundo quedó reconciliado, perdonado y justificado.

Al predicar estos hechos comunicamos la noticia de lo ocurrido. Una voz la proclama, unos oídos la escuchan y el corazón responde. Ni la voz que la proclama ni el oído que escucha hacen realidad lo que se comunica, y mucho menos el corazón que responde.

La noticia mueve el corazón, pero antes que el corazón se mueva en expresiones de alabanza y gratitud, ya el contenido de la noticia existía. Cristo es la gran noticia. Dios se hizo hombre, vivió entre nosotros, murió y resucitó, venciendo la muerte para siempre. Su vida y muerte el Padre la aceptó. Todo esto es lo que compone la gloriosa noticia que llega al oído humano.

Cuando el corazón queda impresionado por tan gloriosa verdad, la confiesa como cierta y glorifica a Dios por su gracia. Todo esto es posterior a la salvación. Cuando las obras vienen a adornar la vida de los creyentes, hace tiempo que pertenece a la familia de Dios, hace tiempo que fue injertado en el buen olivo, hace tiempo que se lo declaró hijo, heredero juntamente con Cristo. Hace tiempo que su Representante reina en los cielos, aceptado y glorificado por el Padre.

La ausencia de obras o la proliferación de ellas, no pueden afectar, cambiar, mejorar o alterar de modo alguno lo que ya Cristo logró de una vez y para siempre. Por consiguiente, por qué argumentar sobre la necesidad de las obras en la salvación si para el tiempo en que ellas llegan, ya hace tiempo Dios dio por terminada la salvación. Dicho de otro modo: ¿Puede Adán argumentar que ayudó a Dios en la creación si para el tiempo en que éste comienza a trabajar ya el trabajo de Dios había completado la creación? Adán sería un necio. Por desgracia, ¡cuánto necio hay en el mundo cristiano!

Lo sentimos, las obras llegaron muy tarde.

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